08 May Memorias de una Técnica de Uñas. Capitulo 15
Después de haber pasado por algunos avatares como mi separación matrimonial, una relación amorosa frustrada y otra bastante azarosa, comenzó una época en la que llevaba una vida acomodada que mi trabajo como técnica de uñas me proporcionaba, tranquila sentimentalmente porque mantuve una racha de seis años sin pareja y con la felicidad que me daba compartir la vida con la mejor de las compañías que era mi hijo. Los fines de semana que el niño pasaba con su padre, yo aprovechaba para pegarme unas buenas fiestas con mis amigos y cuando estaba conmigo, practicábamos turismo urbano y no se si era porque yo era muy infantil o porque él era mas adulto de lo normal, que compartíamos los mismos gustos y teniendo entre seis y ocho años, le gustaba el teatro, el cine de aventuras, no el dibujos, ir de museos, a la bolera y lo que mas, ir de restaurantes y experimentar con el paladar todo tipo de sabores y texturas, de hecho lo que creo que mas le gusta es comer y cocinar.
Creo que me merecía seguir así, tranquila, en paz… Pero era demasiado tiempo para un espíritu activo como el mío y fue proponerme mi hermana que hiciéramos el curso de Estética y aunque no me gustaba nada esa profesión, no lo dudé y nos pusimos a ello.
No sabía peinarme, no sabía maquillarme, mi belleza era casi salvaje porque no llevaba apenas un brillo en los labios y algo de máscara de pestañas y ya casi rozaba los treinta años de edad, pero aun sin tener el mas mínimo interés en dedicarme a embellecer a otras personas, me matriculé junto con mi hermana en la Escuela Jean D´Estress en el curso de Formación Profesional de Estética.
No quiero presumir de nada, pero mi carácter no me permite hacer las cosas mal o de mala gana. Me motivo de tal manera a mi misma que parecía que dar masajes o hacer una limpieza de cutis fuera mi vocación verdadera porque conseguía los resultados que las profesoras de la Escuela esperaban de nosotras, incluso tuve que ponerme como modelo para las prácticas al igual que mis compañeras, a pesar de que no me gustaba mucho el contacto humano.
Durante todo el tiempo que duró el curso, como era en turno de mañana, pase las citas con mis clientes al de la tarde y estuve trabajando muy duro hasta casi el anochecer , pero fui perdiendo algunas clientes que solamente podían venir por la mañana, por lo que una vez finalizado el curso pensé que podía ejercer de lo aprendido para complementar mi sueldo
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